En este webinar Alan, Investigador en la Universidad Rovira i Virgili Vemos y profesor en Ostelea Tourism Management School, nos cuenta qué cambios ha habido en la ciudad contemporánea en referencia a su dimensión turística. Alan presenta elementos, conceptos y reflexiones que no permiten comprender el fenómeno turístico en un entorno urbano como el de Barcelona o de otras ciudades ‘globales’.
Las ciudades son un espacio turístico. Poniendo como ejemplo Barcelona, podemos ver que hace dos décadas había, solo contando huéspedes de hoteles, 1.7 millones, y cómo hoy ese número se ha duplicado. Es curioso ver como una ciudad como Barcelona, que no tenía gran centralidad de turismo al uso, se ha convertido hoy en el epicentro del turismo catalán y uno de los destinos urbanos con mayor proyección a nivel internacional. ¿Cómo ha sido esto posible?
Hay varios factores que impulsan el turismo en las ciudades:
- La movilización turística a nivel mundial: es más fácil y asequible el viajar a cualquier parte del mundo.
- La importancia del ocio como motivación para viajar a ciudades como Barcelona.
- Un cambio en la mirada turística, tanto de los turistas como de la propia ciudad que los acoge.
Deteniéndonos en el último factor, hemos visto cómo ha cambiado en las últimas décadas la percepción de la ciudad como un entorno ideal para el desarrollo de experiencias de ocio. Ese cambio de mirada se construye socialmente, influida por los medios de comunicación, los relatos, los libros, etc. que relatan sobre un territorio lejano y le atribuyen valor y una serie de estereotipos. A partir de esa imagen que se genera, cuando el turista llega al destino ya es precedido por una cierta mirada sobre él, y busca esos elementos que le son familiares y se le han sido destacados o que se suele asociar desde fuera a esa ciudad.
El paso de un turismo tradicional a el turismo de la ciudad contemporánea
En un turismo más tradicional, dentro de los elementos más destacables de la ciudad, lo más importante son los elementos tangibles y lo visuales. La ciudad se convierte en contenedores de elementos del patrimonio histórico artístico, es decir, un museo al aire libre. De cualquier modo, esto ha cambiado, y ya el turismo en la ciudad no solo se basa en esa demanda de turismo histórico o de legados, algo que no todas pueden ofrecer y que es muy limitante, sino que aparece un nuevo turismo urbano, que ofrece experiencias y propuestas turísticas alternativas, como puede ser las basadas en el ocio o el consumo.
Hoy en día cualquier ciudad entrevé posibilidades turísticas, aunque no tenga ese patrimonio histórico artístico o aquel basado en el legado. Actualmente se puede ofrecer fruto de la contemporaneidad un turismo diferente a los viajeros y siempre se pueden encontrar elementos que se pueden convertir en consumible o “turistificable”.
Otros de los cambios a considerar y que han impulsado el turismo urbano son los cambios de los máximos sistemas. Es cierto que la globalización en su dimensión cultural ha contribuido a cambiar la relación entre territorio y cultura. La cultura que pude proponer una ciudad no es fruto de las tradiciones o arraigada a ese territorio, sino que es fruto de flujos globales de información, cultura que se mueven en los medios de comunicación y de las personas que van a las grandes ciudades, convirtiéndolas en plataformas de muchas culturas.
Esto se convierte en algo de interés para consumidores globales, que no solo tienen interés en lo tradicional y la historia de un territorio, si no con otra idea de cultura urbana. Así, la ciudad no solo se convierte en un museo al aire libre, sino también en un lugar que ofrece diferentes tipos de consumo, siendo incluso un producto de consumo la propia ciudad.
El turismo en la nueva economía urbana
Hay que entender tres puntos que impulsan esa transformación del turismo en la ciudad contemporánea:
- El turismo probé de nuevos contingentes de consumidores. Para atraerlos es necesario cambiar la imagen de la ciudad, o lo que es lo mismo, hacer “city marketing”, creando una identidad propia de la ciudad que pone de manifiesto sus valores y cualidades únicas.
- Un nuevo discurso urbano. La ciudad debe transformarse simbólica y físicamente a través de un nuevo discurso urbano que pueda ser comprendido por todo el mundo, independientemente de su procedencia. Es importante hacer que todos los que aterricen o transiten sepan cómo moverse en ese entorno: Logos, gráficas y textos que sean leíble y entendible para todos los turistas.
- La “desexotización” de la ciudad. Las grandes ciudades globales se emancipan de la relación con el territorio o la tradición, y cada vez están más sintonizados con las dinámicas globales y lo que acontece en otras ciudades del mundo.
Poniendo como ejemplo Barcelona, por lo tanto, vemos como se aprovecharon de lo que tienen y no se había utilizado hasta el momento de legado histórico, como el legado modernista y Gaudí, creándolo en una marca distintiva de Barcelona. Además, ha pasado por un proceso de transformación y aportación de nuevos elementos e imágenes de la ciudad que la conecta con la contemporaneidad global, enriqueciendo la ciudad con nuevos elementos espectaculares para enriquecer y dinamizar ese paisaje, y para dar la idea a los ciudadanos y turistas de encontrarse en un entorno único. Simple ejemplo puede ser el nuevo diseño del Mercat dels Encants.
Otra de las técnicas de atracción de turistas en Barcelona son los festivales, la “festivalización” de la ciudad, que hace que la ciudad sea esa plataforma de consumo y también de ocio espectacular, donde consumidores culturales de todo el mundo y residentes, pueden encontrarse en un entorno geográficamente neutro, donde no hay diferencias entre el local o el no local.
De igual modo, las ciudades también ofrecen lo auténtico, los barrios y la vida cotidiana de la ciudad, dando un nuevo sentido cosmopolita a lo “local” y la dinamización del mapa turístico.
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