8 trucos para gestionar los nervios en una entrevista de trabajo 

Estamos convencidos de que conoces esa sensación que aparece en tu estómago. Esas cosquillas que te avisan de que estás ante un hecho que te pone nervioso/a. Una sensación que te aparece cuando debes enfrentarte a una presentación oral, hablar en otro idioma o realizar una entrevista. Hablamos de los nervios en una entrevista de trabajo.

Gestionar los nervios en una entrevista de trabajo

Puede que hayas preparado tu entrevista o hayas realizado muchas de ellas a lo largo de tu carrera profesional. Aun así, todos nos ponemos en estado de alerta cuando tenemos que enfrentarnos a una entrevista de trabajo. Lejos de lo que puede parecer, sentir nervios en una entrevista de trabajo no es algo negativo. Al contrario, es un síntoma de que estás interesado e implicado en tu objetivo: conseguir el puesto de trabajo solicitado.

Sin embargo, los nervios deben quedarse en esto, una simple sensación en nuestro interior, sin dejar que nos controlen. Tartamudear, tocarse el pelo, sudar excesivamente o bajar la mirada ante el reclutador son algunas de las respuestas más comunes. Deberemos aprender a gestionarlas para que no aparezcan ante los nervios en una entrevista de trabajo.

¿Y si te decimos que existen trucos que evitan que los nervios nos controlen? ¿Y si, además, mejoran nuestro potencial frente a la entrevista de trabajo?

Antes de la entrevista

• Haz ejercicio físico: Dependiendo de tu personalidad, sabrás que los ejercicios de meditación, como el yoga, pueden ayudar a relajarte. O puede que prefieras ejercicios más movidos, como el running, para liberar tensiones. Si tienes tiempo, hazlo incluso el mismo día de la entrevista.
• Ensaya posibles respuestas: Por qué deben escogerte a ti, qué cualidades destacables puedes ofrecerles tú o qué defectos tienes que podrías mejorar. No olvides repasar las preguntas más difíciles que podrías encontrarte.
• Cambiar la percepción de la entrevista: Si bien tú quieres conseguir el puesto de trabajo deseado, el entrevistador también desea encontrar a un trabajador que necesita para su equipo. Ambos tenéis mucho por ganar, piénsalo así. Prepara tus puntos fuertes para convencerlo.

Durante la entrevista

Ha llegado el gran día en que debes realizar esa entrevista de trabajo por la que te has estado preparando tanto. Después de días o incluso semanas de preparación, hoy es el día en que debes poner en escena todo lo que has aprendido y lograr el objetivo de ganar ese puesto de trabajo.

• Utiliza toda la información que sabes sobre ellos: Ahora es el momento de jugártela a todo o nada. Demuestra que conoces a la empresa al detalle, lo que están buscando, cómo trabajan e incluso menciona algún proyecto que hayan desarrollado recientemente. No olvides la importancia de la comunicación no verbal.
• Mantén una buena actitud: Muéstrate sonriente, seguro y tranquilo, aunque en realidad no lo estés. Derrocharás valor y seguridad, atributos que no se le pasarán por alto al entrevistador. Tú vales como profesional, tienes las cualidades que requiere la empresa, así que hazte valer.
• ¿Y si te quedas en blanco?: Procura no quedarte callado ante ninguna pregunta. Una buena técnica para contrarrestar el temido silencio es responder “esta es una buena pregunta” o “nunca me lo había planteado”, mientras aprovechas para pensar qué puedes responder.

Después de la entrevista

¿Y ahora? Estamos convencidos de que has dado lo mejor de ti, así que felicítate por el trabajo hecho. Llegados a este punto, muchos de los entrevistados se relajan al instante y cualquier ápice de nervios en una entrevista de trabajo desaparece al momento. No obstante, si resulta un trabajo muy interesante para ti, seguramente los nervios seguirán a flor de piel. ¿Le habrá gustado mi perfil al entrevistador? ¿Le habrá defraudado esa respuesta? ¿Cómo serán los demás candidatos?

Una de las actitudes más comunes es pensar que está todo hecho y debemos esperar. ¡Error! Si de verdad te interesa ese puesto de trabajo, aún te queda mucho por hacer. Veamos algunos ejemplos:

• Ponte en contacto con el entrevistador: Para algo sirven las redes sociales, ¿verdad? Búscalo en Linkedin o en Twitter y recuérdale tu candidatura, puntualiza algún detalle relevante que se te haya pasado por alto durante la entrevista o comparte algún artículo que pueda ser de su interés.
• La importancia de pensar en positivo: Parece un tópico, pero resulta esencial para conseguir un objetivo. Después de la actitud que has tenido antes, durante y después de la entrevista de trabajo, sabemos que has dado lo mejor de ti. Así que ahora sí, sólo queda esperar el veredicto. ¡Cruzamos los dedos!