Seguro que no paras de oír las palabras ERE y ERTE. Desde que comenzó la pandemia del coronavirus, se está hablando mucho de estos términos en los medios de comunicación, entre familiares y amigos y, cómo no, en el entorno laboral. Se sabe que son medidas que pueden afectar a los trabajadores de empresas en situación de crisis, pero muchos siguen sin conocer del todo su significado y qué distingue a uno del otro.
Nos familiarizamos con los ERE después de la gran crisis financiera de 2008, cuando las compañías comenzaron a recurrir en avalancha a estos mecanismos, que son más conocidos como despidos colectivos. Más de una década después, el covid-19 dio protagonismo a los ERTE. Esta herramienta fue promovida por el Gobierno español para evitar la destrucción de empleos por la paralización de la actividad de miles de empresas. El confinamiento y las duras restricciones afectaron especialmente al turismo, la restauración y la hostelería o el comercio.
A continuación, aclaramos en qué consisten los mecanismos de ERE y ERTE en nuestro país, qué diferencias los distinguen y cómo afectan a los trabajadores.
¿Qué es un ERE?
Un ERE es lo que se conoce como un Expediente de Regulación de Empleo. Se trata de una figura jurídica incluida en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, que regula el despido colectivo en España. De acuerdo con el texto, un ERE tiene como objetivo “la extinción de contratos de trabajo fundada en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción”.
Así, una empresa podrá acogerse al ERE si demuestra que en los últimos 90 días ha sufrido una disminución persistente de sus ingresos que pueda afectar a la viabilidad del negocio y, en consecuencia, a su capacidad de mantener puestos de empleo. Este debe afectar al menos a:
- 10 trabajadores si la empresa tiene menos de 100 empleados
- el 10% de una plantilla de 100 a 300 empleados
- 30 trabajadores si los empleados son más de 300
Aunque el ERE puede tener carácter temporal, esto no es lo común, y en la práctica suele resultar en el despido en firme de los trabajadores afectados, que a cambio reciben acceso a una indemnización de al menos 20 días por año trabajado y una prestación por desempleo.
¿Qué es un ERTE?
A diferencia del ERE, podemos encontrar las normas del ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) en el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores. Este recoge la “suspensión de jornada o suspensión del contrato por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción o derivadas de fuerza mayor”. Es una medida, por lo tanto, que permite a las empresas reducir o interrumpir la actividad de sus empleados por problemas económicos que sean imprevisibles e inevitables.
Un ERTE no tiene límite temporal y se puede aplicar a cualquier número de trabajadores tras un previo período de consultas, siempre que la empresa pueda justificar la existencia de fuerza mayor. Tampoco implica una indemnización para los afectados, que podrán pedir en todo caso las prestaciones de desempleo que les correspondan.
Las empresas que se acogen a un ERTE tienen la obligación de preservar el puesto de trabajo de los afectados para reincorporarlos más adelante, cuando la situación que lo provocó haya desaparecido.
