Desde el mes de mayo, el sector hotelero ha ido abriendo múltiples establecimientos, como forma de satisfacer la demanda en estos meses. Pero si antes de la pandemia la escasez de profesionales era el mayor obstáculo para la demanda que tenía el destino España, 18 meses después, estamos viviendo un momento histórico en lo que representa el reclutamiento y la captación de talento y las empresas turísticas se enfrentan a un nuevo obstáculo: la dificultad de contratación.
Sorprendentemente, y con la recuperación de cierta actividad, la contratación de trabajadores ha resultado problemática, especialmente en las zonas de temporada como Baleares, Málaga, Almería, etc., con una clara falta de candidatos para las áreas de Sala y Bar, Cocina y Servicios de Limpieza.
Los profesionales del turismo señalan que, en ocasiones concretas, los trabajadores no quieren aprovechar las oportunidades, pues prefieren no renunciar a su prestación de desempleo. Incluso cuando se les ofrecen propuestas salariales superiores a lo que ganan con la Seguridad Social. Si antes de la pandemia, el objetivo era contratar mano de obra cualificada con experiencia y/o formación en el sector, ahora, el objetivo es contratar a aquellos que estén motivados para trabajar y aprender, aunque no tengan experiencia en el sector turístico.
Al ser preguntados, los responsables de Recursos Humanos creen que estas dificultades se deben a diferentes factores, como el reciclaje profesional, el cambio de lugar de residencia, el aumento de la demanda por parte de los diferentes actores del mercado turístico y la preferencia por permanecer en el subsidio de desempleo mientras se les permita.
A continuación, explicamos los 7 factores que pueden ayudar a explicar esta problemática.
Apertura simultánea de negocios de hostelería
El mercado se rige por la ley de la oferta y la demanda. La apertura casi simultánea de restaurantes y hoteles ha provocado un enorme aumento del número de ofertas de trabajo en un corto período de tiempo, lo que ha afectado a un número muy limitado de profesionales que buscan activamente un empleo o están dispuestos a cambiar de empresa.
Inactividad prolongada de las empresas turísticas
El cierre de los negocios de hostelería durante un año y medio obligó a los profesionales del sector a repensar sus opciones profesionales y optar por otros sectores, como el sanitario, FMCG (Fast Moving Consumer Goods) o logístico, lo que podría suponer que no pudieran o simplemente no quisieran volver al sector turístico. Sin embargo, esto no significa que hayan abandonado definitivamente el mercado. Pero atraerlos al sector turístico y ofrecerles condiciones laborales similares a las de otros sectores puede llevar tiempo.
Inestabilidad y estacionalidad
La temporada de verano es tradicionalmente la mejor época para la contratación de trabajadores. Sin embargo, la gran mayoría de los contratos son precarios y terminan en octubre. En el Baleares, por ejemplo, muchos trabajadores vienen de otras partes del país, e incluso del extranjero. Con la salida de España del corredor verde de los principales mercados turísticos, la entrada en el territorio nacional se ha vuelto más complicada y el flujo de profesionales extranjeros dispuestos a trabajar en suelo español ha disminuido.
Plan de desconfinamiento muy progresivo
Como consecuencia del punto anterior, y agravando aún más la situación de las empresas turísticas, los avances y retrocesos en el proceso de desconfinamiento, así como los cambios en la legislación, aumentan la inseguridad de los profesionales del sector turístico.
Expectativas salariales
Los profesionales son cada vez más exigentes y en muchos casos las expectativas salariales no coinciden con la realidad económica de la empresa. Desde el punto de vista salarial, las ofertas y las condiciones económicas no cumplen las expectativas de los candidatos, lo que les empuja hacia otras opciones laborales fuera del sector turístico.
Dignificar algunas profesiones
Parte del sector turístico tiene plantillas con mucha antigüedad. Hay un componente en muchos colaboradores que sienten que psicológicamente no están preparados para pasar de un año y medio de inactividad al ritmo frenético que supone la temporada y prefieren no incorporarse y esperar a cómo evolucionan los ERTES en septiembre.
Falta de vocación por nuestro sector
El sector turístico hemos vivido, en muchos casos, desde la crisis del 2009 de profesionales que no estaban en el sector por vocación, porque realmente les apasiona este sector, sino que veían trabajar en un hotel o en un restaurante como algo más. De este modo, cuando han venido momentos complicados, muchos perfiles han preferido reciclarse, estudiar algo totalmente distinto y abandonar el sector.
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