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La llegada de un nuevo trabajador a tu empresa es uno de los momentos que más va a marcarle durante su estancia. ¿Sabías que el 4% de los empleados abandonan su trabajo después del primer día?
Para evitarlo, cada vez más empresas recurren a los “planes onboarding”. Se trata de un paso a paso que permite dar la bienvenida al nuevo empleado hasta integrarlo completamente en la compañía.
Ventajas del plan onboarding
- Genera una experiencia memorable al nuevo trabajador
- Permite integrar el profesional rápidamente dentro de la compañía
- Atrae al candidato y permite retenerlo a la compañía durante más tiempo
- Acelera su fase de aprendizaje, lo que permite incrementar su productividad
- Reduce la rotación de la plantilla
3 fases del plan onboarding
Para conseguir una relación estable entre la empresa y el nuevo trabajador, el proceso de onboarding deberá estar cuidadosamente preparado. De él dependerá la adaptación del nuevo talento, su su productividad y la retención del trabajador a lo largo del tiempo. Por ello, deben seguirse los siguientes 3 pasos:
Paso 1 – Pre-boarding
La fase de pre-boarding empieza durante el primer contacto entre la empresa y el trabajador, es decir, en la entrevista de trabajo. En ella, deberás comunicarle los valores de la compañía, los horarios, la jerarquía de trabajadores, etc. Así, desde un primer momento, el candidato sabrá si puede encajar en la empresa y el entrevistador podrá elegir el mejor candidato.
Es muy importante que durante la primera fase se mantenga una comunicación fluida con el potencial trabajador. Puede que éste tenga dudas sobre el funcionamiento de la compañía o sobre cómo será el día a día en la oficina. Mantente abierto y asegúrate de responder con claridad a todas sus dudas.
Justo antes de finalizar esta etapa, adelántale toda la información posible para que esté informado y sepa qué es lo que se va a encontrar en su primer día de trabajo. Puedes enviarle el manual del empleado o la presentación oficial de la compañía. De esta forma, le darás un margen de tiempo para prepararse ante su nuevo puesto de empleo.
Paso 2 – Onboarding: La bienvenida
Debemos procurar que el primer día sea memorable para el trabajador. Será esencial para fomentar la motivación e implicación del trabajador con la compañía. Antes de su llegada, deberás facilitarle la dirección exacta de la empresa y una persona de contacto, en caso de imprevisto.
Una vez en la oficina, selecciona un mentor que guíe al nuevo trabajador durante su primer día. A poder ser, que pertenezca a su propio departamento. Será quién le guíe por las instalaciones, le muestre el funcionamiento de los elementos comunes (ej. la maquina de cafe) y le presente el resto de la plantilla, entre otros.
Asimismo, será imprescindible conocer a todos los miembros que forman la empresa, en especial su equipo, y el papel que desempeña cada uno de ellos. Para ello, una buena forma de integrar al nuevo miembro es organizar una reunión informal, junto con el responsable de la compañía. Éste deberá dar un discurso para inspirar y motivar a los nuevos trabajadores. El objetivo es celebrar su llegada, trasmitirle confianza y generar implicación hacia tu equipo.
Una vez en su puesto de trabajo, será esencial que tenga las herramientas necesarias preparadas para realizar su trabajo. El material de oficina, los programas instalados, etc. El mánager o jefe del empleado deberá mostrarle qué herramientas utiliza la compañía, los procesos o modelos de trabajo y las responsabilidades que tendrá dentro de la compañía. También deberá guiarle a lo largo de los primeros días y hacer un seguimiento de sus funciones.
Paso 3 – Onboarding contínuo
Un buen plan onboarding no acaba tras el primer día de trabajo del nuevo integrante. Ni en la primera semana, ni en el primer mes. Se trata de integrar completamente al nuevo empleado, así que serán necesarias acciones complementarias a lo largo del tiempo.
Es importante mencionar las acciones de teambuilding, ya que estas facilitan la integración completa del equipo. Se trata de actividades desarrolladas por la propia empresa que se organizan con la finalidad de potenciar el trabajo en equipo. Una competición deportiva, una comida de equipo o el amigo invisible son, sin duda, buenos ejemplos de acciones de teambuilding. Sea cual sea la actividad, el objetivo siempre debe ser que todos los empleados se sientan parte de la compañía.
Con el paso de los meses, el empleado sabrá interiorizar la política de la compañía, conocerá a la perfección el producto o servicio y será capaz de desenvolverse en la empresa con total confianza. Será entonces cuando podrá trabajar con independencia y conseguir una mayor responsabilidad dentro de la compañía.
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