Año nuevo, proyecto nuevo

Cuando estamos a punto de entrar en un nuevo año y cambiamos nuestro calendario, se nos activa el concepto “cambio” y la oportunidad de volver a empezar. Parece que, de alguna manera, el cambio de fecha posee un componente mágico que nos ayudará a cumplir todos nuestros propósitos.

Solemos depositar demasiadas expectativas y objetivos en ese cambio de fecha cuando, en realidad, si queremos cambiar algo, previamente tendríamos que haber construido un plan. Pues por arte de magia, no se cumplen nuestros deseos. Si no tenemos programado cómo queremos alcanzarlo ni hemos tomado las actuaciones previas necesarias o señalado objetivos a corto, medio y largo plazo, la probabilidad de éxito va a ser más bien baja.

Por este motivo, es fundamental tener presente que si buscamos un cambio en nuestra vida debemos fijarnos objetivos realistas (sin intentar abarcar demasiado) y luego, desmenuzar cada objetivo en pequeñas tareas a completar.

En este contexto, plantearse un cambio profesional puede ser un buen deseo para empezar el año, pero para lograrlo ha de tenerse en cuenta que reinventarse implica volver a empezar, luchar contra nuestros miedos y creencias limitantes, combatir nuestras inercias y enfrentarse a nuevos obstáculos. El cambio no es fácil, conlleva esfuerzo e implica perserverancia.

Para conseguir el cambio profesional que estamos buscando, tendremos en cuenta estos 5 aspectos:

#1 Convicción sobre nuestro proyecto profesional

La convicción es un aspecto que va alineado al hecho de sentir certeza sobre lo que uno piensa o siente. Esta convicción deriva de un trabajo previo de autoconocimiento, de alinear nuestro valores personales, competencias y talentos con nuestro objetivo profesional, y todo ello enmarcarlo en las necesidades del mercado.

#2 Desarrollar un plan de acción

Este aspecto crucial va a permitirnos mantener el foco en nuestro objetivo profesional. Para ayudarnos a desarrollar un buen plan de acción nos plantearemos preguntas como: ¿qué primeros pasos daré?, ¿qué plazos me comprometo a cumplir?, ¿qué evidencias iré teniendo para saber si estoy logrando mis objetivos? Es importante desarrollar un programa con fechas, que nos ayude a focalizar y optimizar esfuerzos.

#3 Gestionar el tiempo

Algunas ideas para hacer un buen uso del tiempo: utilizar una agenda, hacer listas de tareas, planificar, establecer prioridades y asignar tiempos, hacer descansos y evitar los temidos “ladrones del tiempo”, es decir, aquellos imprevistos que nos restan minutos o incluso horas de trabajo efectivo. En este punto, subrayamos también el hecho de tener en cuenta todas nuestras responsabilidades al margen del trabajo.

#4 Mantener a ralla los saboteadores

Los saboteadores son aquellos sentimientos y pensamientos que nos impiden avanzar y alcanzar nuestro objetivo. Esas “vocecillas” que te dicen ¿para qué tanto esfuerzo si no hay trabajo?, ¿para qué gastarte dinero en formación si no te va a servir de nada?, ¿para qué intentarlo si ya hay muchos candidatos mejores que tú? Estos saboteadores nos influencian negativamente en nuestro estado de ánimo y nos impiden avanzar. Es importante no solo identificarlos, sino también aprender a cuestionarlos y, en ocasiones, ignorarlos.

#5 Reservar espacios “para uno mismo”

Por último, es esencial que atesores espacios que te ayuden a estar en contacto contigo mismo, que te permitan a generar endorfinas y abrir tu espacio creativo. Este espacio va a ser un catalizador para mantener la energía y el estado de ánimo que te permitan llevar a cabo tu proyecto, perserverar y no dejarte tambalear. El deporte, cosas gratificantes como la música o, simplemente, reírnos son actividades que generan endorfinas (“las hormonas de la felicidad”), que combaten el estrés y refuerzan nuestro sistema inmune.

Y tú, ¿qué proyecto te propones para el nuevo año? Te proponemos los 12 mejores propósitos que puedes plantearte.

Núria Tomàs Gumfaus

Psicóloga y Coach de Desarrollo Profesional y de Talento

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